El gusto amargo de “ahogarse” –deportivamente hablando- a metros de la orilla. Es la sensación que dejó la eliminación de San Martín, tras vencer 1-0 a Ferro en Caballito y estar cerca de forzar la definición por penales. Sobró enjundia, faltó un gol, solo (y nada menos) que eso.
El 1-3 en La Ciudadela, una semana antes, lo condenó. ¿Existe una forma “buena” de quedar eliminado? El equipo de Pablo de Muner vendió cara su despedida, hizo temblar hasta los cimientos la construcción de la dupla Favio Orsi y Sergio Gómez. Antes de festejar, los hinchas de “Oeste” sufrieron lo indecible en el estadio “Arquitecto Ricardo Etcheverri”.
Otra vez, este buen equipo de San Martín se quedó a las puertas en una instancia decisiva. Como había acontecido ante Tigre, cuando dependía de sí mismo y estaba a dos victorias del ascenso a Primera. Pero en la noche del lunes, recompuso su pálida imagen de las últimas semanas.
Triste, solitario y final. El título de la novela de Osvaldo Soriano parece un exceso para describir la campaña de San Martín esta temporada. Es cierto, cuando se apunta alto y el objetivo termina escurriéndose, la caída es inevitablemente dura y dolorosa.
Y también irreversible: el “Santo” permanecerá fuera de la elite del fútbol argentino un año más, mientras que Ferro será rival de Quilmes en una de las semifinales. ¿La otra? Barracas Central vs. Almirante Brown. Así las cosas, el segundo ascenso también surgirá del Área Metropolitana del Gran Buenos Aires.
De entrada, dio la impresión de que De Muner le había ganado la batalla táctica a la dupla al trazar un dibujo que podía ser leído como un “vamos a quemar las naves”. Solo Tino Costa, con su experiencia, parado en el círculo central. Delante de él, profusión de jugadores con buen pie: Ariel Chaves, Daniel González y Leandro Vella. Y los delanteros Lucas Cano y Marcelo Estigarribia.
En el primer cuarto de hora, San Martín hizo sentir su determinación, plantándose en campo del anfitrión. De a poco, Ferro empezó a salir del asedio territorial y estuvo más cerca de abrir la cuenta en el resto de esa primera etapa.
Como en ese mano a mano que David Gallardo definió a las nubes, o el cabezazo del goleador Tomás Molina que dio en el palo a la salida de un tiro libre. Con el lesionado Brian Fernández en cancha en lugar del querido (para el pueblo “santo”) e inocuo Gonzalo “Turbo” Rodríguez, el daño en ese tramo quizá hubiera sido mayor.
Quizá un poco tarde, San Martín lo fue a buscar con muchísima decisión en el complemento. Y ese acierto, esa actitud pagó dividendos con el gol en contra de Agustín Aleo. Quedaba una eternidad por delante, el milagro parecía posible.
Ferro sintió que el mundo se le podía derrumbar y se fue metiendo cada vez más atrás. José Luis Sinisterra y Lucas González entraron bien. Ignacio Arce casi regala un gol al local. El reloj fue el principal rival, el “Santo” merodeó y merodeó hasta el final, pero terminó pagando su sequía goleadora.
El pitazo definitivo del prometedor árbitro Yael Falcón Pérez arrojó postales de la desolación. De Muner hizo lo que correspondía: reunió a su plantel en el campo e hizo una arenga pensando en el futuro.
Los hinchas de Ferro creen que esta vez, con este equipo y estos conductores, el regreso a Primera División después de 21 años no es una quimera. Y se entregaron a un festejo confiado, pero sin excesos.
Parafraseando la mítica novela de Gabriel García Márquez, la temporada de San Martín culminó -para lamento de sus hinchas- como la “Crónica de una Eliminación Anunciada”, teniendo en cuenta los últimos partidos.
Con todo, el “Santo” se va de Buenos Aires con la frente alta y la promesa de que volverá a intentarlo, una y otra vez, hasta que se le dé.
RINCÓN "SANTO"
“Se merece ascender”
Claudio Mosca, volante de Ferro y ex jugador de San Martín, destacó el partido del “Santo” y señaló que se merece estar en la Liga Profesional. “Ya este torneo debería haberlo jugado en Primera, pero con la excusa de la pandemia lo privaron injustamente del ascenso. Es un gran club, con una gran hinchada”, resaltó Mosca, quien participó de la campaña en la que San Martín marchaba primero hasta la interrupción del torneo.
Vieron la roja
Antes del final, fueron expulsados Jorge Ribolzi (ayudante de campo) y a Pablo De Muner por protestar fallos arbitrales.
Difícil de asimilar
Mientras los jugadores de Ferro celebraban el pase a semifinales del Reducido, algunos jugadores de San Martín permanecían sin consuelo dentro del campo de juego. Gonzalo Rodríguez y Claudio Mosca, ex compañeros, se acercaron a brindarles apoyo. También lo hicieron Favio Orsi y Sergio Gómez, ex entrenadores del plantel “santo”.
Regreso a Tucumán
Después del partido, el plantel regresó al hotel Feir’s Park, en el barrio de Retiro. Allí hizo noche y hoy emprenderá el viaje de vuelta a Tucumán en un vuelo al mediodía.
A la espera
Pese a haber quedado eliminado del Reducido, el plantel completo regresará a Tucumán, a la espera de la decisión de la dirigencia sobre cómo se seguirá. Existe la posibilidad de que los jugadores sean liberados, aunque también es posible que en los próximos días la dirigencia evalúe quiénes seguirán y quiénes no, y para cuándo está previsto el inicio de la pretemporada.
Respaldo al DT
La prioridad de la cúpula “santa” es reunirse con el técnico Pablo De Muner para intentar llegar a un acuerdo sobre su continuidad. La idea es contar con él para el proyecto de la próxima temporada.
Almirante, a semifinales
Almirante Brown venció 1-0 a Independiente Rivadavia con un penal polémico y se clasificó a semifinales del Reducido. Allí se enfrentará a Barracas Central, mientras que en la otra llave se cruzarán Ferro y Quilmes.